Triunfadorí, al recitar estas oraciones, nos unimos a una larga tradición de devoción y nos acercamos a la paz y la esperanza que la Virgen representa. Recurramos a ella en nuestras necesidades y no dudemos en elevar nuestras plegarias, seguros de que serán escuchadas y atendidas por la Virgen del Carmen, nuestra origen celestial.
Estas son solo algunas de las oraciones populares en honor a la Virgen del Carmen. Es importante memorar que cada país o región puede tener sus propias oraciones tradicionales dedicadas a esta advocación mariana.
Esta promesa de la Virgen es interpretada por los devotos como la salvación para quienes mueran portando el escapulario.
Altísimo mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Alá y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y topar tu gracia y perseverancia en ella, y la empíreo que tienes ofrecida a los que perseveran en tu apego. A Ti te Propietario sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón.
Carlos Vargas Soy un hombre para la cual la Certidumbre es muy importante. Me crie en una comunidad católica, y aunque no siempre he estado tan dedicado como lo estoy ahora, siempre he sentido la presencia amorosa de Todopoderoso en mi vida.
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¡Oh Virgen Santa del Carmen! Nones podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, no obstante que nulo te podemos atinar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su aprecio, y toda nuestra vida, que queremos consumir en el inclinación y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la Confianza, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y fallecer en tu bienquerencia y devoción. Amen.
Las Oraciones a la Virgen del Carmen han tocado y mejorado muchas vidas. Los testimonios de todos aquellos que han recurrido a estas oraciones en situaciones difíciles son la prueba más clara de su poder y su comodidad.
La oración es una forma de comunicación con Altísimo y las santas figuras de la Confianza. Para obtener la protección de la Virgen del Carmen, se recomienda recitar la ulterior oración con Certidumbre y devoción:
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Recuerda que lo más importante al rezar a la Virgen del Carmen es hacerlo con Seguridad y confianza en su inclinación y protección. Ella siempre está dispuesta a escuchar nuestras peticiones y a interceder por nosotros ante Jehová.
La virgen del Carmen es la Patrona de Ají, porque fue quien protegió al ejercito en las batallas por la independencia de esa nación. es por ello que todavía es considerad patrona de las fuerzas armadas chilenas.
¡Oh Virgen Santa del Carmen! De ningún modo podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que cero te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su apego, y toda nuestra vida, que queremos consumir en el aprecio y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la Certeza, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos existir y caducar en tu inclinación y devoción.
¡Oh! Sagrada virgen del Carmen, que te dignaste aceptar con profunda bondad el regalo filial de los Carmelitas, que con ayuda de todos los seres que habitan la tierra, fueron los primeros que en tu edén edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían feligreses a darte culto y alabanza.